El punto de partida para la mayor
parte de las consideraciones termodinámicas son las leyes de la termodinámica,
que postulan que la energía puede ser intercambiada entre sistemas físicos en
forma de calor o trabajo. También se postula la existencia de una magnitud
llamada entropía,
que puede ser definida para cualquier sistema.
Las Leyes Termodinámicas pueden
expresarse de la siguiente manera:
Ley Cero de la Termodinámica:
A esta ley se le llama de
"equilibrio térmico". El equilibrio térmico debe entenderse como el
estado en el cual los sistemas equilibrados tienen la misma temperatura.
Esta ley dice "Si dos
sistemas A y B están a la misma temperatura, y B está a la misma temperatura
que un tercer sistema C, entonces A y C están a la misma temperatura".
Este concepto fundamental, aun siendo ampliamente aceptado, no fue formulado
hasta después de haberse enunciado las otras tres leyes. De ahí que recibe la
posición cero.
Un ejemplo de la aplicación de
esta ley lo tenemos en los conocidos termómetros.
Primera Ley de la Termodinámica:
Esta primera ley, y la más
importante de todas, también conocida como principio de conservación de la
energía, dice: "La energía no puede ser creada ni destruida, sólo
puede transformarse de un tipo de energía en otro".
La primera ley de la
termodinámica da una definición precisa del calor, y lo identifica como una
forma de energía. Puede convertirse en trabajo mecánico y almacenarse, pero no
es una sustancia material.
Experimentalmente se demostró que
el calor, que originalmente se medía en unidades llamadas calorías, y el
trabajo o energía, medidos en julios, eran completamente equivalentes. Una
caloría equivale a 4,186 julios.
Segunda Ley de la Termodinámica:
La segunda ley dice que
"solamente se puede realizar un trabajo mediante el paso del calor de un
cuerpo con mayor temperatura a uno que tiene menor temperatura". Al
respecto, siempre se observa que el calor pasa espontáneamente de los cuerpos
calientes a los fríos hasta quedar a la misma temperatura.
La segunda ley de la
termodinámica da además, una definición precisa de una propiedad llamada
entropía (fracción de energía de un sistema que no es posible convertir en
trabajo).
Para entenderla, la entropía puede
considerarse como una medida de lo próximo o no que se halla un sistema al
equilibrio; también puede considerarse como una medida del desorden (espacial y
térmico) del sistema.
Pues bien, esta segunda ley
afirma que "la entropía, o sea, el desorden, de un sistema aislado nunca
puede decrecer. Por tanto, cuando un sistema aislado alcanza una configuración
de máxima entropía, ya no puede experimentar cambios: ha alcanzado el
equilibrio".
Como la entropía nunca puede
disminuir, la naturaleza parece pues "preferir"’ el desorden y el
caos. Puede demostrarse que el segundo principio implica que, si no se realiza
trabajo, es imposible transferir calor desde una región de temperatura más baja
a una región de temperatura más alta.
Tercera Ley de la Termodinámica:
El tercer principio de la
termodinámica afirma que "el cero absoluto no puede alcanzarse por ningún
procedimiento que conste de un número finito de pasos. Es posible acercarse
indefinidamente al cero absoluto, pero nunca se puede llegar a él".
Es importante recordar que los
principios o leyes de la Termodinámica son sólo generalizaciones estadísticas,
válidas siempre para los sistemas macroscópicos, pero inaplicables a nivel
cuántico.
Asimismo, cabe destacar que el
primer principio, el de conservación de la energía, es una de las más sólidas y
universales de las leyes de la naturaleza descubiertas hasta ahora por la
ciencia.
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